¿Por qué me voy antes de los 65? La despedida de un médico rural a sus pacientes

"Es duro porque no cumplo la jubilación por edad por algo más de año y medio, sino porque las condiciones de trabajo actuales lo han convertido en lo que para mí no debería ser"

DESPEDIDA

Estimados pacientes:

Próxima mi jubilación, sirvan estas líneas para agradecer vuestro apoyo, confianza, y comprensión sabiendo disculpar los momentos en que no he podido dedicaros todo el tiempo que habría deseado.

Durante estos trece (casi catorce) años, hemos disfrutado de momentos buenos, gratificantes cuando el objetivo de recuperación del enfermo se ha conseguido y otros frustrantes, cuando a pesar de todos los medios puestos, ello no ha sido posible, pero con la satisfacción en estos casos de contribuir a aliviar el sufrimiento del paciente y familiares.

El poner fin a este periodo de mi vida (39 años de ejercicio profesional) coincide con el fin de mi etapa con vosotros, y es particularmente duro, dada nuestra relación desde la acogida inicial hasta este momento, aceptando mi forma de ser y trabajar y sabiendo disculpar las ocasiones en que no he podido dedicar toda la atención por falta de tiempo, como digo al principio, y es duro porque no cumplo la jubilación por edad por algo más de año y medio, sino porque las condiciones de trabajo actuales lo han convertido en lo que para mí no debería ser: acúmulo de trabajo al tener que suplir frecuentemente ausencias de otros compañeros, tareas administrativas permanentes e interminables, informática que no funciona y desespera (hasta el punto que dedicamos más tiempo a esto que al objetivo para el que yo me preparé y comencé a desarrollar en 1978, VER Y TRATAR enfermos). Contribuye también a la toma de esta decisión el acceso a atención especializada cada vez más complicado, pruebas diagnósticas con demora, urgencias saturadas…; En fin, todo ello me ha llevado a “tirar la toalla” en este momento.

Gracias de todo corazón y perdón por las ocasiones en las que no he estado a la altura esperada al no haber cubierto las expectativas que con vuestra confianza habíais depositado en mí.

Vuestro hasta ahora médico y, espero, para siempre amigo,

Santiago Alberca Herrero