RESULTADOS Los médicos de CyL reclaman medidas ante la desmotivación, la sobrecarga asistencial, la escasez de médicos y una reforma en profundidad de la Atención Primaria

Una encuesta realizada a iniciativa del Consejo de la Profesión Médica de Castilla y León, asociación de participación de la profesión médica presidida por el Dr. José Luis Díaz Villarig e integrada por el Consejo de Colegios Médicos de Castilla y León (CCOMCYL), entre otros, concluye que la COVID-19 ha ahondado en los problemas que la profesión médica viene arrastrando durante años, siendo necesario más que nunca tomar medidas ante la desmotivación, la sobrecarga asistencial y la escasez de médicos en nuestra región, sobre todo con una reforma en profundidad de la Atención Primaria

Asimismo, han participado en la encuesta el Sindicato Médico de Castilla y León (CESMCYL), los decanos de las Facultades de Medicina de Castilla y León, entre otras organizaciones y sociedades de carácter médico próximas a integrarse.

La encuesta se dirigió a los médicos de la Comunidad y fue distribuida en las nueve provincias de Castilla y León. La participación fue similar en todas, excepto en Valladolid que fue menor. De los 903 encuestados se validaron 888, el resto se descartó porque no reunía los criterios preestablecidos. Se realizaron 40 preguntas con respuestas múltiples, agrupadas por diferentes temas relacionados con la calidad, seguridad, recursos, satisfacción, propuestas y otros parámetros cuantificables. La encuesta se realizó con la aplicación Google Formularios y está recogida en su integridad en: http://www.colegiosmedicoscastillayleon.com           

De la encuesta se desprende que no ha existido una dotación adecuada de recursos materiales y humanos en los primeros meses de la pandemia. El personal médico considera que estuvo desprotegido y que las decisiones para enfrentar la situación han sido erráticas y muchas han llegado tarde.

Tampoco mejora la percepción de la actuación de la administración sanitaria tras la primera ola. Los profesionales consideran que las pruebas realizadas a los sanitarios han sido insuficientes.

Existe una opinión mayoritaria de que la COVID-19 ha tenido una repercusión negativa en el trabajo de los médicos, afectando a la calidad de la atención a los pacientes y a sus propias condiciones laborales.

A nivel personal, la encuesta pone de manifiesto que el nivel de desmotivación entre los profesionales ha aumentado significativamente tras la primera ola.

A la hora de juzgar la actuación de la administración sanitaria, más de la mitad de los encuestados consideran que la gestión de la sanidad privada y las residencias no ha sido adecuada. En cuanto a estas últimas, hay un elevado consenso en que el SACYL debe de atender las residencias en colaboración con los profesionales contratados por estas empresas. Además, estos profesionales deben de tener acceso a la historia médica de los residentes y a las recetas.

Destaca que muy mayoritariamente los médicos tanto de hospitales como de primaria quieren la consulta presencial, por ser la que garantiza mayor calidad y seguridad para los pacientes y profesionales.

Para mejorar la situación, se propone la incentivación de los puestos de difícil cobertura y la mejora de los MIR; la eliminación de contrataciones de médicos sin especialidad o no homologados y el acceso por méritos profesionales a los puestos de gestión y coordinación y no por libres designaciones.

En definitiva, la encuesta ha evidenciado que la COVID-19 ha ahondado en los problemas que la profesión médica viene arrastrando durante años, siendo necesario más que nunca tomar medidas ante la desmotivación, la sobrecarga asistencial y la escasez de médicos en nuestra región, sobre todo con una reforma en profundidad de la Atención Primaria.

Después de nueve meses de crisis sanitaria, el impacto de la COVID-19 sobre los profesionales sanitarios ha sido muy fuerte, tanto a nivel personal como profesional. Sus consecuencias han originado cambios profundos e importantes en los procedimientos del trabajo de los médicos. 
El nuevo contexto ha afectado a nuestro estado ánimo, laboral y de seguridad. Por ello, desde el Consejo de la Profesión Médica de Castilla y León, consideraron que era necesario conocer la opinión que los compañeros de nuestra Comunidad tienen sobre esta situación. Para lograrlo, hemos realizado una encuesta entre los profesionales. Su objetivo es poder transmitir el punto de vista de los médicos de Castilla y León a los distintos gestores de las administraciones sanitarias.
 
Del análisis de la encuesta se deducen los siguientes resultados:
 
1.   Adecuación de recursos materiales y humanos dotados por el SACYL
 
La mayoría de los médicos opinan que la dotación de recursos materiales y humanos fueron insuficientes, no se contó con la adecuada protección y el número de pruebas de laboratorio frente a la COVID-19 fue escaso.
El 85,6 % de los médicos considera que los recursos materiales fueron “algo o muy poco” adecuados. Solo un 5,3% los considero adecuados
El 61,2 % piensa que la dotación de RRHH fue “muy poco o nada” adecuada, habida cuenta que los MIR de CyL que terminaban apenas fueron contratados y con contratos precarios, a pesar de los dicho anteriormente por la consejería de Sanidad.
En relación con el número de pruebas frente al coronavirus realizadas a la población, el 70,3% opina que fueron insuficientes.
El 78,7% cree que no hubo o fueron escasas, las pruebas, para los sanitarios
Tan solo el 4,8% de los encuestados percibió que en todo momento tuvo equipos de protección.
El 90,2 % considera que son necesarios más medios humanos y materiales para poder abordar el futuro de una nueva ola pandémica.
 
2.   Repercusión de la COVID-19 en las condiciones laborales y personales.
 
La mayoría de los encuestados opina que la información que han recibido durante lapandemia ha sido escasa y el 86,6 % de los médicos se han sentido desbordados.
El 94,7% entiende que ha existido una repercusión negativa en las consultas y un 82,7% asegura que no se ha podido dar una asistencia adecuada a los pacientes.
El deterioro de las condiciones laborales es evidente y lo manifiesta el 87% de los profesionales, sin que por ello vean necesaria una gratificación (81%).
La mayoría de nuestros compañeros presentan desmotivación después de la primera ola de la pandemia, al menos el 85,9% opina que están “algo peor o mucho peor”.
 
3.   Actuación de la administración sanitaria en la sanidad privada y en las residencias durante la pandemia.
 
El 59,2% manifiesta que la actuación de la Consejería respecto a la sanidad privada ha sido “muy poco o nada adecuada”.
Casi un 70% cree que la asistencia prestada a las residencias y los protocolos e instrucciones recibidos han sido insuficientes (67,3%), han marcado la casilla “nada o muy poco”).
El 54,7% piensa que las residencias tienen que ser atendidas tanto por médicos específicamente contratados, como por el propio SACYL. Y el 81,8% de los encuestados cree que los médicos contratados tienen que tener acceso a la historia clínica y el 59, 95% a las recetas de SACYL.
 
4.   Análisis de la situación y mejoras en la gestión
 
La pandemia ha puesto de manifiesto la situación precaria que veníamos viviendo y nuestros compañeros opinan que ha habido un empeoramiento de la calidad asistencial en los últimos 10 años (70,1%), por lo que sería necesaria una reforma sanitaria sobre todo en Atención Primaria.
La incentivación de puestos de difícil cobertura es prioritaria, así lo piensa 93,4% de los encuestados.
El  84,6%  de  los  profesionales  cree  que  no  se  deben  contratar  médicos  sin  la especialidad y/o no homologados (RDL 29/2020).
Más del 80% de los encuestados se opone a la libre designación para las Jefaturas de Servicio o Coordinadores de AP de SACYL (55% nada y 26,2% poco). Tampoco están de acuerdo en que otras profesiones asuman atribuciones que competen a los médicos (69,8% nada y 17,7% poco).
El 93,2% considera imprescindible las mejoras para los MIR
La mayoría de los médicos quieren que las consultas sean presenciales, solo un 9,2% considera que no es imprescindible.
A la pregunta final sobre ¿a qué tres posibles causas se debía el empeoramiento en la calidad de los servicios sanitarios?, la respuesta mayoritaria fue la escasez de personal, la desmotivación y la sobrecarga asistencial.