Las mujeres médicos en este Día internacional de la Mujer

La doctora María Castellano, Catedrática de Medicina Legal aborda en este artículo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, la aportación de la mujer en los distintos ámbitos de la vida, especialmente en la Medicina, donde aún no cuentan con una presencia igualitaria en los puestos de responsabilidad.

La historia la han escrito los hombres y ellos aparecen como protagonistas de los hechos importantes que han ido marcando el pensamiento y las aportaciones a las artes, las letras  y las ciencias. Sin embargo a lo largo de la historia hubo mujeres preclaras, pensadoras e instruidas que contribuyeron al progreso de la humanidad de forma notable; muchas permanecen aun en el anonimato, pero otras fueron determinantes en la historia de los pueblos y no han sido suficientemente reconocidas; valga como ejemplo mi admirada y ejemplar Isabel la Católica cuya colosal obra marcó el rumbo del mundo de su época.

Los hechos que costaron la vida a numerosas mujeres que defendían sus derechos en Nueva York, en 1857 dieron lugar a la designación del 8 de marzo como Día internacional de la mujer trabajadora hoy Día internacional de la mujer, denominación más ajustada a la realidad y que destaca la necesidad de reconocer, aunque sea por un día, el papel esencial de las mujeres en todos los órdenes de la sociedad, pero tan ocultado y silenciado.

El Día de la Mujer permite organizar numerosos actos, desde ideologías diversas, que tienen en común reivindicar la igualdad de todas las personas, igualdad que permita el acceso, también a las mujeres, a todas las oportunidades en las mismas condiciones que han disfrutado los hombres, sin privilegios, injusticias y desigualdades.

Actualmente se aprovecha este día para premiar a mujeres que han destacado en los diversos ámbitos sociales reconocidos hoy como indicadores de brillo intelectual, científico, profesional, económico, político, empresarial, social o humano; como este es mi caso, agradezco al Instituto Andaluz de la Mujer la distinción que me hace con el premio Meridiana, en este día. Refiriéndonos a España, es frecuente que estas distinciones vayan ligadas al hecho de que la premiada haya sido la primera en llegar a un puesto u obtener un grado o un título que hasta entonces había sido exclusivo de los hombres, se reconocen así a las “las  primeras  mujeres”: primera mujer que habló en las Cortes, Ministra, Presidenta del Congreso, Presidenta del Senado, Fiscal General del Estado, Presidenta de una Comunidad Autónoma, Presidenta de un gran banco, Académica de una Real Academia, Catedrática, General, Bombera, Policía, Piloto militar, etc..

En los años 70, el 40% del alumnado universitario éramos mujeres y progresivamente se fue elevando hasta alcanzar más del 70%. Eso dio lugar a que las actividades profesionales se fueran feminizando en el último cuarto del siglo XX y en el XXI. Así, la sanidad está en manos de mujeres, al igual que la administración de justicia, la docencia primaria, media y universitaria, y en política se ha superado el 50%, mientras que permanece la mayoría masculina en las carreras técnicas, las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado  y el mundo económico y empresarial, circunstancia que se está intentando modificar.

Sin embargo, era una evidencia que las mujeres no accedían a la cúpula directiva de organismos públicos y privados (judiciales, políticos, universitarios, científicos, empresariales o económicos, etc.). Esto, atendiendo a los datos de la población universitaria,  era sólo cuestión de tiempo, porque con las cifras citadas, la evolución lógica tenía que ser hacia una presencia progresiva de mujeres en los órganos de gobierno de las diferentes  instituciones y organismos. No obstante este proceso ha sido más lento de lo esperado.

Aproximándonos a la explicación desde la experiencia y los contactos personales, aún sin datos de rigurosa evidencia, considero que la incorporación de la mujer al ejercicio de la Medicina (también a otras profesiones) se ha hecho con unos condicionantes entre los que se pueden concretar: En primer lugar el deseo personal de ejercer la profesión pero sin abandonar el papel nuclear de madre, cuidadora, educadora y pendiente de la organización y funcionamiento del hogar; (desde nuestra emotividad las mujeres necesitamos amar, por ello, mientras nosotras amábamos, ellos gobernaban). Esta situación ha supuesto un gran esfuerzo, porque aunque es cierto que en los últimos años los hombres colaboran y participan más en tareas domésticas y cuidado de los hijos, la mujer lo hace desde una actitud de sensibilidad constante hacia las diversas necesidades de todos y cada uno de los miembros de la familia, lo que requiere más preocupaciones, esfuerzo y tiempo. En segundo lugar, también por propia experiencia, considero que ocupar un puesto directivo y de representación requiere una actividad, complementaria a la meramente intelectual, de contactos sociales, reuniones, viajes, etc. a la que se añade el de actos sociales, comidas de trabajo, encuentros, etc, que, probablemente sea necesaria para alcanzar mejores resultados en la gestión;  pero todo ello requiere de un tiempo que para las mujeres puede resultar poco provechoso, visto desde su sentido práctico de aprovechamiento de su propio tiempo en actividades que le proporcionen mayor satisfacción personal.

Refiriéndonos a la Medicina, ya hemos comentado que la feminización se ha ido imponiendo en el número de estudiantes, de graduadas y de mujeres médicos en ejercicio. El reparto por especialidades también está sesgado dirigiéndose los varones hacia especialidades quirúrgicas mientras que las mujeres optan prioritariamente por especialidades médicas. Aunque lentamente esto también se pueda ir modificando. Detrás hay unos factores psicológicos, culturales, etc, en los que no entramos ahora, aunque sí conviene recordar a las mujeres algo que decía el premio Nobel Alexis Carrel:  El papel de las mujeres en el progreso de la civilización es mucho mayor que el del hombre, por lo que debería desarrollar sus aptitudes de acuerdo con su naturaleza, sin imitar a los hombres".

Y ¿Qué ha sucedido con los cargos públicos y con los puestos de responsabilidad en las organizaciones sanitarias?. Por las razones generales comentadas, las mujeres médicos han sido remisas a concurrir a puestos de dirección, no obstante en lo que va de siglo, han sido más las mujeres Ministras de Sanidad que los hombres; también hemos conocido a numerosas directoras de Departamentos universitarios, de Centros de Investigación reconocidos, de Servicios hospitalarios y hospitales, así como a varias mujeres Decanas de Facultades de Medicina. También en la organización colegial se ha hecho notar el incremento de presencia femenina, primero en las Comisiones de Deontología, después en las Juntas Directivas y, en el momento actual se aprecia el interés por acceder a la Presidencia de los Colegios de Médicos provinciales, contando ya con 5 Presidentas de los 52Colegios existentes. Ha sido recientemente cuando al celebrarse elecciones a la Presidencia del Consejo General de Colegios Médicos, órgano de gobierno de los médicos, hemos asistido, por primera vez, a la presentación de una candidatura femenina. Sin duda es un hecho digno de destacarse, con independencia de los resultados.

El llegar a dirigir un órgano de gobierno nacional no es fácil, requiere una preparación y una trayectoria que además de demostrar competencia profesional, demuestre también una experiencia y un conocimiento adecuado de la institución y su funcionamiento. Yo siempre, desde que en 1980 obtuve la cátedra de Medicina Legal de Zaragoza hasta hoy, cuando he debido elegir, me he guiado por un lema “la igualdad de oportunidades es exigible en justicia e imprescindible, y a igualdad de méritos y esfuerzo, siempre una mujer”, me parecía que con esa conducta contribuía a reparar el trato injusto que las mujeres habían sufrido en muchos ámbitos en el aspecto laboral y profesional.

Pues bien, volviendo a la presencia de mujeres médicos en la organización colegial, es preciso aceptar que la asistencia sanitaria está hoy mayoritariamente en manos de mujeres y que son estas profesionales las que mejor información tienen de los problemas asistenciales en lo que se refiere a la relación con los pacientes, la disponibilidad de recursos, el mejor rendimiento de los medios que se ponen a disposición de la asistencia para  que desde una mejor organización sanitaria se obtenga los mejores resultados en salud y bienestar de los ciudadanos. Por ello las mujeres médicos deben comprometerse con una mayor participación en la gobernanza de los Colegios de médicos y de los centros asistenciales en los que trabajan. Cuando se participa en la Junta Directiva de un Colegio se aprende a conocer los problemas y a buscar las soluciones que conlleven mayores beneficios. Esta experiencia en juntas de dirección, comisiones, comités, etc. proporcionarán  quién ejerza esta actividad, la preparación necesaria para pretender y obtener la Presidencia del Colegio provincial, desde ahí sus opciones de ascenso aumentarán considerablemente. Pero cuando en la Asamblea de Presidentes del Consejo General de Colegios Médicos exista una representación más equitativa entre hombres y mujeres Presidentes, será altamente probable ver a una mujer en la Presidencia del Consejo, estoy segura de que esto ocurrirá más pronto que tarde.

Son ya algunos los Colegios que están dando ejemplo al constituir las Juntas Directivas desde este espíritu de inclusión e igualdad numérica (Badajoz). Es el camino a seguir, en los Colegios, en los Hospitales y Centros asistenciales, de investigación y de docencia. Las mujeres médicos ejercen una profesión que les exige excelente curriculum, muchos años de formación y una gran responsabilidad en su tarea diaria. Reúnen las cualidades para participar en las más altas tareas de gobierno pero tienen que contar con los apoyos necesarios para que su acceso a puestos directivos sea más fácil, desde una auténtica conciliación familiar y laboral. Sirva este Día internacional de la Mujer para animar a nuestros colegas masculinos a contribuir a este proceso de colaboración en igualdad en el que todos saldremos beneficiados.

Publicado en Médicos y Pacientes (http://www.medicosypacientes.com)