Las conductas suicidas en la infancia y adolescencia

El profesor Jiménez Díaz, actualmente asesor científico de Salud Mental Salamanca AFEMC y miembro de honor de la entidad, presenta este tema sobre de un problema clínico especialmente preocupante y de, desafortunadamente, palpitante actualidad, que es el de las Conductas Suicidas en la infancia y la adolescencia

Siguiendo el criterio de ir ocupándonos en desarrollar, dentro de la temática general de nuestra obra Psicopatología Evolutiva Infantojuvenil, de los distintos capítulos que la forman, nos toca ocuparnos hoy de un problema clínico especialmente preocupante y de, desafortunadamente, palpitante actualidad, que es el de las Conductas Suicidas en la infancia y la adolescencia.

Aunque nosotros hemos encuadrado el tema en el libro que nos ocupábamos sobre la “Depresión Infantil: consideraciones desde la psicopatología evolutiva. Las conductas suicidas en la etapa infantojuvenil” ya aclarábamos en el mismo que ello no implicaba que los actos suicidas en la infancia y adolescencia tuvieren que estar siempre directamente relacionados con cuadros de depresión infantil,  que también se pueden presentar, ya que la base sobre la que un niño/adolescente toma la decisión de amenazar o consumar un acto suicida puede ser relacionable con  problemas emocionales, trastornos de personalidad, problemas psicóticos y a veces, un poco inexplicablemente, con ninguna situación psicopatológica aparente precedentemente. Lo hemos incluido en este tema de la Depresión infantojuvenil porque, independientemente pensáramos deberíamos ocuparnos del mismo, su ubicación en nuestro temario general parecía el más oportuno.

Existe una alarma social razonable sobre el tema porque la progresión de los casos de conductas suicidas consumadas, en la etapa infantojuvenil, se van multiplicando y las formas no consumadas, autolesiones, ideación suicida o intentos de suicidio, tienen un progreso exponencial, como nos ha puesto de relieve el informe publicado recientemente por la FUNDACIÓN ANAR, sobre la casuística por dicha Organización atendida entre los años 2012 al 2022.

Fonseca-Pedreiro y otros en el 2018 analizaron la prevalencia de la ideación suicida en una muestra representativa de adolescentes de nuestro país concluyendo que un 4% de la muestra indicó haber intentado quitarse la vida en algún momento, presentando un 2,2 % de la muestra un riesgo elevado de conducta suicida.

Y nos podemos preguntar ¿CUÁLES SON LAS RAZONES QUE SUBYACEN EN DICHAS ACTITUDES AUTOAGRESIVAS PARA QUE SE MULTIPLIQUEN TANTO? Y aunque hay una patente y totalmente evidente razón que es el de la multiplicación de los problemas psicológicos (ansiedad, depresión, problemas del comportamiento, etc.) derivados de las secuelas que en nuestra infancia y juventud ha dejado la pandemia de Covid-19, sobre las que es imprescindible no demoremos nuestra actuación, hay autores que lo relacionan, más ampliamente, con LOS NUEVOS HÁBITOS DE VIDA que nuestra infancia/adolescencia tienen en el momento presente. De los que nos vamos a ocupar brevemente, por el valor pedagógico y práctico que nos parece tiene para nuestros potenciales lectores.

Es necesario subrayar, desde el principio el carácter de MULTICAUSALIDAD que generalmente subyace en la generalidad de estos actos. Todo ello independientemente de las connotaciones psicopatológicas que puede existir detrás de ellos.

Para unos, influyen factores, que, aparentemente, podrían parecer positivos, como es la facilitación de los procesos de comunicación social a expensas del uso de sistemas interpuestos (móvil, Tablet, ordenador, etc.), en el que el contacto humano es inexistente lo que propicia la tendencia al aislamiento humano. Mientras que para otros la multiplicación de la información a la que nuestros niños y jóvenes son tan fácilmente accesibles, lo que algunos llaman “mundialización o globalización de la información” propician, desde el conocimiento ya muy tempranamente de estados de muerte, por ejemplo, y su valoración en una mente inmadura (guerras, terremotos, películas, videos, etc.) o la facilidad para adoptar conductas imitativas, entre ellas las suicidas, especialmente en personalidades vulnerables.

No todo lo negativo se le puede atribuir a los sistemas multimedia, que de tanta utilidad pueden ser si se utilizan adecuadamente y con moderación porque hay otras múltiples razones fundamentadas también en las nuevas situaciones vitales de nuestros niños y jóvenes, como pueden ser las vividas traumáticamente del divorcio o separación familiar, las derivadas de la situación económica que viven nuestros jóvenes que les lleva a lo que algunos autores llaman “desencanto vital” sin una perspectiva que les garantice un futuro estable económico, social y emocional.

Pedreira en una esplendida publicación sobre el tema, del 2020 nos proponía los siguientes factores sociológicos como probables causas del incremento de las tasas de suicidio juvenil “ incremento del desempleo juvenil, disminución de la población con edad inferior a los 15 años, incremento del porcentaje de mujeres que trabajan fuera del hogar, incremento de las tasas de divorcio, incremento del clima de violencia social y de la tasa de homicidios, incremento del consumo de alcohol y otras sustancias de abuso, los cambios en las creencias religiosas y pertenencia a sectas”. En definitiva, cambios fundamentales en la concepción de la sociedad actual.

Pero pata ilustrar a nuestros lectores vamos a dedicarnos, brevemente, a considerar ¿A QUÉ PODEMOS LLAMAR CONDUCTA SUICIDA?

Para introducirnos en el tema y que veáis su verdadera trascendencia quiero ofreceros los datos que proporciona la Fundación ANAR (AYUDAS A NIÑOS/AS Y ADOLESCENTES EN RIESGO) correspondientes al año 2021: de 7.770 consultas relativas a Ideaciones, Intentos de suicidio y autolesiones, HAN ATENDIDO 4.542, de los cuales, por IDEACIÓN SUICIDA, 1.961, por INTENTOS DE SUICIDIO, 748, y por AUTOLESIONES, 1.833.

Y estos datos solo corresponden a una Fundación que, aunque con una enorme potencial de convocatoria a través de sus teléfonos de ayuda, no reflejan la total dimensión que se vive en nuestro país. Obviamente, no se reflejan los datos de Suicidios consumados en la infancia/adolescencia que rebasan sus competencias de atención.

Existen distintas formas de enfocar el tema pero nosotros lo vamos a abordar con vistas a que nuestros lectores del blog tengan una idea de lo que, incluso científicamente, representa a partir de los criterios que, por ser propuestos por la OMS, son  ampliamente aceptados. Desde los cuales podríamos considerar los siguientes tipos de Conductas Suicidas en la Infancia/juventud:

  1. Las cada vez más frecuentes Conductas Autolesivas que está representando, aunque no un problema de riesgo vital sí un problema personal y social para muchos de nuestros niños/as y adolescentes, a través del cual se producen lesiones corporales (generalmente cortes) con el afán de provocarse dolor corporal sin comprometer su vida. Grave problema y “cada vez más de moda en nuestra juventud”.
  2. La ideación suicida, otro nivel de dichas conductas, son pensamientos que van “desde que la vida no vale nada” a ideas más estructuradas sobre conductas autolesivas o formas de morir. En este sentido debemos resaltar el papel negativo de los sistemas multimedia porque nuestros niños/as y adolescentes toman ejemplo, malo por supuesto, de los que se vierten en las redes de comunicación social.
  1. La amenaza de suicidio representa otro nivel a partir del cual la persona manifiesta que va a ejecutar una conducta suicida. Posteriormente nos ocuparemos brevemente de algunos MITOS que sobre las Conductas Suicidas Infantojuveniles hay y trataremos el tema.
  1. La tentativa o intento de suicidio es toda acción realizada por el sujeto que no tiene por resultado la muerte.

Recuerdo, en este momento, algo que le va a resultar difícil creer a mis lectores. Pero el caso más temprano de intento de suicidio visto por mí fue el de un niño de siete años. La ¿razón? última a la que pudimos llegar fue que su madre viuda joven, hacía tres años, había empezado a salir con otro joven Y EL NIÑO SE HABÍA ENCONTRADO ¿DESAMPARADO?.

En el estudio/terapia que le realizamos sus dibujos, el de la casa, por ejemplo, era TODO NEGRO Y SIN VENTANAS. Tiempo después en fase de recuperación recuperó el color y las ventanas. Como anécdota. Aún sigo sin encontrar una respuesta clara a esta situación infantil de la que tuve experiencia.

5.el suicidio consumado sería aquella acción de autoagresión que tiene como consecuencia la muerte.

Creo de interés subrayemos, para conocimiento general, aunque no podamos extendernos en ello, que, así como hay FACTORES DE RIESGO, unos dependiendo del niño/a o adolescente (problemas físicos, problemas psicológicos, problemas psiquiátricos, etc.), o de la familia (disfuncional, bajo nivel económico, entre otros) o la sociedad, entre los que hemos de destacar, por la grave incidencia actual, el acoso escolar. Que ya hemos apuntado anteriormente. Hay también FACTORES PRECIPITANTES, que se corresponden a eventos vitales, generalmente en personalidades vulnerables, tales como situaciones de duelo por pérdida familiar, cambio de medio social y/o escolar, fracaso escolar, entre otros.

Creo de especial interés poner en el conocimiento de mis lectores que, dentro del PROCESO DEL SUICIDIO, independientemente de que, indudablemente se puede presentar como un acto impulsivo e instantáneo lo normal es que a la Conducta Suicida le precedan determinadas SEÑALES DE ALARMA, de una vital importancia a la hora de abordar LA PREVENCIÓN DE LA CONDIUCTA SUICIDA. Que voy a intentar resumir:

  1. Conductas verbales (DIRECTAS): viene a corresponder a comentarios, verbales o escritos, del tipo de “la vida es una mierda”, “no sirvo para nada”. Otras veces son despedidas verbales o escritas sobre el deseo de morir, o herirse. A veces comentarios sobre “sentirse atrapado” o bien “ser una carga para los demás”. En ocasiones dan pistas la búsqueda de sistemas de matarse.
  2. Conductas no verbales (INDIRECTAS). que generalmente se expresan a través del comportamiento o de los gestos o actitudes. Del tipo de: Pérdida del contacto social o amistades. Cambios bruscos e inexplicables del humor o del carácter. Descenso súbito del rendimiento escolar. Incremento del consumo de alcohol.

Siendo esto una breve muestra que queremos tengan conocimiento nuestros lectores, pero el sistema de comunicación de la intención o el propósito de suicidarse puede ser amplio.

Y hemos hablado en algún momento de la existencia de MITOS ALREDEDOR DE LAS CONDUCTAS SUICIDAS y basándonos en la Guía para la detección y prevención de la conducta suicida, de la Comunidad de Madrid, vamos a hacer una breve exposición de alguno de ellos, y su realidad o no. Y es que pensamos es conveniente tener las ideas muy claras sobre la verdadera dimensión de las circunstancias que concurren alrededor de estas situaciones:

Mito 1: preguntar a una persona si está pensando en suicidarse puede incitarle a hacerlo. Está demostrado, según la Guía, que preguntar y hablar con la persona, disminuye el riesgo de cometer el acto. Su recomendación es preguntar y escuchar a la persona en riesgo sobre sus pensamientos y emociones. Aliviará su tensión.

Mito 2: la persona que expresa su deseo de acabar con su vida nunca lo hará. Al contrario, con frecuencia, la mayor parte de las personas que han intentado suicidarse han expresado su intención, verbalmente, con gestos o cambios de conducta. Por tanto, recomienda la Guía se les preste una atención no pensando sean un alarde o un chantaje. Como a veces se considera.

Mito 3: la persona que se quiere suicidar no lo dice. Al contrario de cada 10 personas que se suicidan nueve expresan claramente sus propósitos y la otra deja entrever sus intenciones de acabar con su vida. La Guía recomienda que si se detecta que alguna persona está en situación de riesgo se le pregunte por ello. Han de tomarse en serio las amenazas.

Mito 4: el suicidio es impulsivo y la mayoría de los suicidas no avisan. Es cierto que el suicidio puede ser un acto impulsivo repentino o fruto de una planificación. En cualquier caso hemos de prestar atención a cualquier señal de alarma, del tipo de las ya comentadas, para ponernos sobre aviso de la necesidad de adoptar (recomendación) una actitud preventiva respecto a la situación.

Mito 5: las personas con problemas graves se suicidan. Desafortunadamente pequeños problemas, dependiendo de las circunstancias, que pueden ser múltiples y variadas, pueden llevar al acto suicida. Es preciso valorar las variables que concurren en cada caso pues puede haber factores de vulnerabilidad que con pequeños sucesos pueden desembocar en una conducta suicida.

Como el tema es altamente preocupante y muy amplio con estas ideas preliminares el lector puede darse una idea de la trascendencia del problema y vamos a dejar para otra sesión del blog de la Sección Infantojuvenil para ocuparnos, brevemente, de recomendaciones y estrategias que puedan resultar de interés para nuestros lectores.

(texto del Dr. Jiménez Díaz publicado en el blog de Salud Mental Salamanca)