Docencia en la integridad

El Dr. Manuel Ortega Marlasca reflexiona en este artículo sobre la complicada situación de la docencia en Medicina a consecuencia de varias circunstancias como la escasez de personal docente y la falta de consideración hacia los mismos

A nadie se le escapa el detalle de la importancia que tiene la docencia en general, y en el tema de la medicina que nos atañe, es todavía si cabe más crucial. Que lleguen a nuestras Facultades los mejores de cada “hornada”, que salgan muy bien formados en medicina en su visión global y que salgan de la formación especializada plenamente capacitados para la vida laboral y profesional es algo prioritario, para nosotros como profesionales y para la sociedad como beneficiada. Esta última, es además la que más tiene en valor y trascendencia la inversión que este proceso hace: que no se nos olvide el detalle que la amplia mayoría de los médicos salen de Facultades de Medicina pagadas por el erario.

No volveré a sacar a la palestra la importancia de que el médico recientemente licenciado tenga una formación mínima en la Medicina de Familia y que conozca plenamente la forma de trabajar en nuestro medio asistencial. De esa forma creo que cuando decidan qué camino vayan a tomar al decidirse por una especialidad, se aumenten las probabilidades que se decidan por la nuestra (parece que solo aumenta el 4% tras recibir en el Grado la asignatura según estudios propios pendientes de publicación) y que en caso que se decidan por otra, tengan a la Primaria como algo más valorado de lo que en Inglaterra se tiene(1). Que reconozcan que el 76% de los estudiantes que terminan la carrera hayan presenciado comentarios negativos de nuestra especialidad es algo muy negativo para nuestra especialidad, trabajo y nivel asistencial.

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